Creo que cada vez que pensamos en cantar a Dios, cada vez pensamos en su hermosura o simplemente damos gracias por lo que el hace con nuestras vidas cada día, es señal de que somos adoradores, es señal de que ser un adorar nos es estar en un escenario sino es mas que eso ser adorar es ser todo para el. La adoración es el ministerio mas importante que se puede mencionar en la Biblia ya que todos los otros ministerios pasaran pero este perdurara por la eternidad, este es el que nosotros podemos apreciar mas en nuestras vidas ya que cada vez que cantamos podemos entrar en una intimidad con Dios que solo el y tu pudes apreciar, una intimidad que nadie puede igualar, un intimidad que deberías conocer ...Dios, la alabanza y tú…
Felipe Diaz
Lider de Alabanza
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Un Espíritu Quebrantado Denota Excelencia en la Alabanza
¿Como podemos llegar a que nuestra alabanza sea de excelencia? ¿Dejar de ser un obstáculo y ser un guía para los demás?
Israel Romero
Fue una de esas clases de la materia “Esencia de la Adoración” en el Instituto Canzion de Buenos Aires donde supe que la alabanza y la adoración resultan un canal que une a la persona con Dios, donde cada uno brinda su alabanza a Dios y a la vez Dios ministra tu vida; y un músico es el que propicia a esa comunicación.
Pero muchos músicos en vez de llevar a nuestras congregaciones a ese momento, llegamos a ser un obstáculo en medio de ese canal. ¿Como podemos llegar a que nuestra alabanza sea de excelencia? ¿Dejar de ser un obstáculo y ser un guía para los demás?
En Salmos 51 podemos ver a David con un deseo de dejar de ser obstáculo entre el pueblo de Israel y Dios para ser un adorador conforme al corazón de Dios.
Lo primero que tenemos que hacer para dar una alabanza con excelencia es reconocer nuestras faltas y pecados. Sin darnos cuenta ministramos en la alabanza con el corazón sucio. En los versículos 3 al5 David reconoce sus pecados y sabe que eso interfiere en su relación con Dios.
Y como sabemos David era un músic
o adorador; por eso, por mas que seamos muy buenos músicos o cantemos bien, si hay pecado en nuestros corazones seremos como un obstáculo y la gente no recibirá bendición de nuestra ministración.
Lo segundo que tenemos que hacer es buscar la renovación de nuestro espíritu y de nuestro corazón. En los versículos 10 al 12 David pide no ser destituido de su rol de adorador, sino busca limpieza de su corazón y renovación de la firmeza de su espíritu porque la soberbia y los malos caminos pueden hacer que uno sea desplazado.
Debemos anhelar el Espíritu Santo en nuestros corazones antes que un puesto en el grupo de alabanza en una iglesia. Un músico que se deja guiar por el Espíritu sabrá cuando Dios quiere tratar con su pueblo.
Y lo tercero que tenemos que hacer es apartarnos del egocentrismo y la soberbia. En los versículos 15 al 17 David reconoce que el verdadero sacrificio es el corazón quebrantado y humillado. Por eso dice “Abre mis labios”, porque él no quería dar una alabanza como a él le pareciera, sino una alabanza que agrade a Dios; no con nuestra habilidad musical solamente, sino con un corazón entregado a Él.
Recordemos que el diablo era músico también y por buscar protagonismo y ser soberbio cayó de lo más alto; que no nos pase lo mismo.
Consideremos que Dios busca adoradores en espíritu y en verdad; sólo espera que tengamos ese deseo de adorarlo con excelencia, pero también con un corazón quebrantado y humillado.
Aliento del Cielo
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